Sayuri Loza: “La wiphala me representaba hasta 2019”

Sayuri Loza analiza el impacto político de la wiphala en Bolivia

La wiphala ha sido objeto de debates profundos en los últimos años, tanto en el ámbito político como en el social. En el programa No Mentirás, conducido por Jimena Antelo, se abordó este tema junto a la politóloga e historiadora Sayuri Loza, quien expuso su visión crítica sobre la carga simbólica y política que ha adquirido esta bandera.

De símbolo cultural a emblema político

Sayuri explicó que la wiphala reconocida por la ONU ha sido adoptada por diversas organizaciones sociales de origen indígena y campesino. Sin embargo, también destacó su uso político, inicialmente por sectores kataristas y luego por el Movimiento al Socialismo (MAS), que la ha convertido en una bandera nacional paralela a la tricolor.

“La wiphala significa mucho para algunos, y muy poco para otros. Su momento más álgido fue en 2019, cuando se la quemó públicamente, generando una oleada de conflictos sociales, manifestaciones y rechazo”, recordó Loza. Para ella, la gran pregunta es si esta bandera une o divide a los bolivianos.

La wiphala y su legitimidad histórica

Desde su punto de vista, la intención original de reivindicar a los pueblos históricamente excluidos es legítima, pero su politización ha generado una división preocupante. “Entre los que son considerados legítimos y los que no. Así, esta bandera ha dejado de ser un símbolo de unidad”, sostuvo Sayuri.

Existen muchas wiphalas, no solo una

Consultada por Jimena Antelo sobre las otras versiones de wiphalas, Sayuri citó estudios como los de Simon Vincent, que demuestran la existencia de múltiples banderas durante el periodo virreinal. Estas eran utilizadas en festividades religiosas como Corpus Christi, entradas de prestes y celebraciones locales.

Cada ayllu, parcialidad o jatha tenía su propia wiphala con símbolos únicos. Sayuri mencionó la bandera del Cusco, diferente a la actual, o la de los chichas, completamente blanca. Muchas de estas no se mantuvieron en el tiempo porque no fueron politizadas ni oficializadas.

Una sola wiphala impuesta desde el Estado

Sayuri explicó que el Estado boliviano oficializó una sola versión de la wiphala, lo cual fue avalado también por organismos internacionales como la ONU. Esto, según ella, ha generado que se imponga una versión sobre otras expresiones simbólicas indígenas también válidas.

“Me representaba… hasta 2019”

En una parte más personal de la entrevista, Jimena le preguntó si la wiphala la representaba. La respuesta de Sayuri fue contundente: “Me representaba hasta 2019”. En ese año, relató, muchas personas fueron obligadas a colocar una wiphala en sus casas bajo amenazas de saqueo, lo que cambió por completo su percepción.

“Dejó de ser un símbolo de inclusión y se volvió una herramienta de imposición”, afirmó.

Una mirada desde sus raíces aymaras

Sayuri, de origen aymara, recordó que en su familia se saludaba tanto a la wiphala como a la tricolor. Sin embargo, hizo énfasis en que sus antepasados, beneméritos de la Guerra del Chaco, lucharon bajo la tricolor y fueron enterrados con ella. “Eso tiene un peso simbólico profundo”, añadió.

Una bandera que debe unir, no dividir

Sayuri concluyó con un mensaje de unidad: “No llamaría a la wiphala un trapo, como hacen algunos. Tiene valor y merece respeto porque representa a una parte del país. Pero si me dieran a elegir hoy, elijo la tricolor. Porque Bolivia necesita más unidad que división”.

Noticias de Bolivia de hoy 04/07/2025

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