Bosmun Sucre: donde los adolescentes descubren el poder de la palabra y el diálogo

Iván Ramos - Periodismo que cuenta
En los pasillos de la universidad salesian Don Bosco de Sucre, un murmullo diferente acompaña el timbre del receso. No se trata de rutina escolar, sino de un ejercicio de diplomacia: el Bosmun, el modelo de las Naciones Unidas creado por los jóvenes, donde los adolescentes se convierten en embajadores durante unos días para discutir los grandes dilemas de la humanidad.
Allí, sentados alrededor de una mesa que simula como el Consejo de Seguridad o la Asamblea General, los jóvenes asumen un desafío que los supera: defender la posición de un país que no es suya en temas tan complejos como deuda externa, conflictos de guerra, tráfico de personas, situación penitenciaria en América Latina, educación de las mujeres o libertad de los niños. No es un juego, sino un ensayo de ciudadanía mundial.
"Cada estudiante recibe la representación de un país y tiene la misión de defenderlo en cada tema", dijo Flofano Saavedra Reyes en el diálogo con el periodismo que cuenta. "Eso nos obliga a investigar, a comprender la cultura, la política y la historia de esa nación. Y, al mismo tiempo, a adquirir habilidades oratorias, para resolver problemas con el diálogo, para exponer claramente diferentes ángulos de la realidad".
El ejercicio, en apariencia académica, tiene un fondo importante: coloca a los adolescentes frente a los problemas que los adultos a menudo evitan discutir. Les obliga a mirar el mundo con ojos críticos y, sobre todo, a ensayar la escucha. Porque en el Bosmun no gana quién grita más fuerte, sino quién convence con los argumentos y respeta la voz del otro.
En esos días intensos, los participantes descubren que pueden hablar sobre usted con los ancianos, que su voz tiene peso, que la política internacional y los derechos humanos no son asuntos distantes, sino realidades que tarde o temprano tocan sus vidas.
El Bosmun está organizado completamente por los propios estudiantes, con el apoyo de las autoridades escolares. Es, en cierto modo, una escuela dentro de la escuela: un espacio donde la semilla de futuros gobernantes, líderes sociales o profesionales que habrán aprendido a discutir, disidencia y encontrar acuerdos se sembra mientras son jóvenes.
En tiempos de soledad digital y redes sociales efímeras, este modelo ofrece algo diferente: el encuentro cara a cara, el valor de la palabra, la certeza de ese diálogo sigue siendo la mejor manera de transformar las realidades.
Fuente: Erbol | Seguridad